Final feliz… pero de milagro

El montañero Leonés perdido en los picos de Europa fue rescatado por miembros del dispositivo tras varios días de búsqueda en una vasta zona de montaña del macizo central de los Picos.

Aquí la noticia

 

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Reiteramos desde el CAE la imperiosa necesidad de :

  • Ir correctamente equipado para las condiciones previstas (e imprevistas): casco, crampones, piolet y ropa de abrigo acorde con la temporada.
  • Comunicar con la mayor precisión posible las diferentes paradas previstas en la ruta, y los tiempos estimados de realización a terceros que puedan pedir ayuda si estas no se cumplen.
  • No realizar salidas en solitario si no se tiene la absoluta confianza de que se pueden superar los retos que la montaña nos va a poner (esperados e inesperados).
  • Llevar comida y medios de comunicación contando con la posibilidad de quedarse aislado por situaciones extraordinarias.
  • Disponer del seguro necesario para la modalidad deportiva elegida o bien estar federado en la modalidad de licencia federativa correspondiente.

La seguridad en la práctica del deporte en la montaña es una responsabilidad compartida por todos: clubes, profesionales, aficionados… pero a la vez lo es de cada uno de los amantes de la montaña.

¡Mucho cuidado y mucha montaña!

Utopía Forestal de José Luis Sáez Sáez

Diariamente millones de montañeros, de senderistas o de simples andarines se dispersan por la naturaleza en todo el mundo, accediendo a los lugares más recónditos y más alejados de las ciudades. Constituyen una pacífica pero enorme fuerza. Y creo que la única fuerza capaz de reforestar gran parte de las zonas deforestadas de nuestro planeta.
Porque en sus largos itinerarios encuentran miles y miles de árboles y arbustos de las más diversas especies y porque acceden a bosques autóctonos que ponen a su disposición millones de frutos y semillas. No tienen más que recolectar algunos de los frutos de los árboles de mejor apariencia, quizá más sanos. Muy pocos frutos y en el tiempo adecuado, desmenuzarlos y extraer las semillas, que podrían enterrar en el camino de regreso, en zonas deforestadas y baldías, allí donde es muy poco probable que lleguen las semillas de otro modo. A veces, sin necesidad de alejarse mucho, en el caso de árboles y arbustos solitarios o dispersos.
Porque los montañeros y senderistas pueden realizar esta tarea completamente gratis. Graciosamente, como buenos amantes de la naturaleza que son. Las instituciones, las empresas y los profesionales siguen teniendo su actual trabajo de repoblación, de mantenimiento o de reparación de catástrofes medioambientales, con los escasos recursos económicos que los Estados pueden dedicar en sus presupuestos. (Sin embargo, es absolutamente estúpido que haya dinero para comprar armas, para “sembrar” minas, para mantener tradiciones ignominiosas o, a nivel particular, para ir al campo asustando a los pajarillos con carísimos vehículos a motor).
Porque a los montañeros y senderistas les resulta fácil esta tarea. No necesitan más herramienta que un pequeño objeto punzante para hacer una hendidura en el terreno: la punta de su bastón, una palita, un corto y robusto destornillador. O una estaca o una piedra recogidas in situ. Ni siquiera necesitan compañía, pueden hacerlo solos. Con un consumo de energía y una dedicación casi insignificantes si lo comparamos con sus largas caminatas, sus difíciles y arriesgadas escaladas, sus pacientes esperas pescando o fotografiando la flora o la fauna del lugar. Si ya disfrutan con estas actividades o simplemente fotografiando los bellos paisajes que tiene la fortuna de contemplar, que prueben a conocer la diversidad y cambiante colorido de las flores, de los frutos y de las semillas que producen las plantas que encuentran a su paso.
Porque de la abundancia y diversidad de las aportaciones el resultado sería un paisaje más variado y divertido. Fragmentado y discontinuo. Nada que ver con las plantaciones homogéneas («todopino»), monótonas y aburridas de las repoblaciones forestales efectuadas con fines económicos o de reparación de desastres medioambientales. Plantaciones continuas y densas en las que, en caso de incendio, el fuego podría volar de copa en copa a lo largo de grandes extensiones.
Reforestar es volver a sembrar o plantar árboles en donde ahora no los hay, pero que los hubo anteriormente. Se quitaron para diversos aprovechamientos: agrícolas, ganaderos, construcción de edificios, de obra civil, de ferrocarriles, para combustible, etc.

© 2015 José Luis Sáez Sáez
Para que hasta el más rudo montañero o senderista (como yo) pueda identificar muchos de los árboles o arbustos que se encuentre a su paso, he ilustrado este blog con 315 fotocomposiciones con fotografías propias. En cada una de ellas se puede ver cómo son las flores, cómo son los frutos sin madurar, cómo son cuando están maduros (y, por lo tanto, listos para recolectar), y, finalmente, cómo son sus semillas:

Blog de Jose luis sobre árboles

ANUARIOS ANTIGUOS DEL CLUB ALPINO ESPAÑOL

La Hemeroteca Municipal de Madrid conserva varios Anuarios del CAE y los presenta escaneados para aquél que esté interesado.
anuario1929
El CAE publicó Anuarios de 1911 a 1949. En esta web se presentan los de los años:
1911 y 1912, de 1917 a 1924  y el de 1929-30
Os ponemos a continuación el enlace para que podáis disfrutar de ellos. Son muy interesantes y están llenos de noticias y recuerdos:

ENTREVISTA CON FRANCISCO GARCÍA NUESTRO GUÍA BENÉVOLO

FRANCISCO GARCÍA GÓMEZ DE MERCADO

francisco

Hola, Francisco. ¿podrías hacer para nosotros una breve biografía tuya?
Aunque nací en Canarias, pasé poco tiempo allí, y he vivido mi niñez y juventud sobre todo en Tarragona, donde comencé a ir a la montaña, pero en plan muy “de excursión” con los amigos, para luego venir hace ya bastantes años a Madrid.
Profesionalmente soy Abogado y Abogado del Estado, lo que sin duda ha sido más mérito para actuar como Secretario General de la Federación Madrileña de Montañismo, que mis méritos propiamente montañeros.
En los últimos años, asimismo, he organizado salidas a la montaña con el Club Alpino Español, del que he sido nombrado Vocal de Actividades Deportivas. Para organizar estas salidas y difundir el montañismo creé un grupo en Facebook, denominado “Domingo en la Sierra”.

También he publicado algunos pequeños libros recopilatorios de salidas a la montaña, uno de los cuales, el de la Gran Circular de Guadarrama, dio lugar a que me concedieran el Premio de la Gala del Deporte de la Comunidad de Madrid 2020 en la modalidad montañismo.
¿Te consideras un montañero, un alpinista, un escalador…?
Soy montañero de base, ya me gustaría haber sido un gran alpinista.
Me considero montañero, porque para mí la montaña es más que una actividad deportiva concreta. Es un entorno, un sentimiento e incluso, hasta cierto punto, una filosofía. En la práctica, soy básicamente senderista, aunque de subir a las cimas y no tanto andar por los llanos. Quizá lo que más me gusta es subir por las canales nevadas en invierno, y también he escalado algo en roca.
¿Cuáles han sido los lugares de montaña que más te han impresionado?
Hay muchos por distintas razones. El Aneto, a pesar de las noticias sobre su masificación, creo que es impresionante y no debe dejarse de subir. Me gusta también mucho el Almanzor. Y en nuestro entorno más cercano tenemos cimas imprescindibles, como Peñalara, y bosques encantadores como el de Canencia. Fuera de España, la majestuosidad de los Alpes es deslumbrante.
¿En qué cifras tu amor por la montaña? ¿Cómo nació en ti esta afición?
Como he dicho antes, para mí la montaña es más que una actividad deportiva concreta. Es un entorno, un sentimiento e incluso, hasta cierto punto, una filosofía. Por lo pronto, el montañismo no es la mayoría de las veces un deporte competitivo: el reto no es ganar a otro, sino conseguir tus metas, o simplemente disfrutar. Los otros no son rivales sino compañeros. El entorno natural, además, te evade de los problemas cotidianos. La gestión del riesgo y la organización igualmente me han atraído.
Mi afición nació poco a poco. Primero de excursionista, de trayectos cortos y con poca frecuencia, a ir haciendo cosas cada vez más exigentes y más a menudo, más con la madurez que con la juventud. Fui encontrando en el montañismo la actividad física que mejor me cuadra, y un entorno diferente al que me gusta escaparme.
Vives en Madrid. ¿Aceptas bien el vivir en una ciudad? ¿Sueles salir de ella con frecuencia?
Sí, vivo en Madrid y me gusta. Soy montañero, pero creo que es compatible con vivir en la gran ciudad y disfrutar de ella. Todos los fines de semanas voy un día a la montaña.
¿La montaña te supone un reto? ¿Porqué?
Sí, constituye un reto en diferentes aspectos. Desde luego en el físico: llegar más lejos y más alto. Hacer cosas más complicadas. También en la gestión del riesgo y superación. De pequeño tenía mucho vértigo.
¿Cómo es tu actitud ante la naturaleza, ante la vegetación y la fauna?
La naturaleza hay que respetarla. Eso no supone que no podamos acceder a ella. Pero debemos hacerlo con respeto, procurando producir el menor impacto posible. Eso es aplicable a la vegetación y la fauna. Respecto de los animales salvajes (cabras montesas o zorros, por ejemplo, que es lo que se puede encontrar en Madrid) creo que hay que evitar “domesticarlos” dándoles comida. Deben mantener su vida propia.
¿Crees que para los niños y los jóvenes es un valor positivo salir a la montaña? ¿Cómo lo enfocas?
Salir a la montaña es un valor positivo para todos: niños, jóvenes y adultos. Para los niños y jóvenes, en particular, es una manera de comprender el mundo, que no se limita a las ciudades, donde todo está más o menos controlado. A conocer la naturaleza y la importancia del medio ambiente. También, por supuesto, a realizar una actividad física, a actuar en grupo, y a disfrutar de una manera sana.
Sueles salir a la montaña en recorridos asequibles. ¿Cualquiera puede hacerlos?
Con el tiempo uno va queriendo hacer recorridos más largos y con más desnivel. O más complicados. Lo que suelo hacer no es demasiado exigente, no hay que ser “profesional” para hacerlo, pero tampoco suelen ser itinerarios de iniciación.
¿Eres aficionado a la fotografía en la montaña?
Sí. Solo aficionado, pero me gusta hacer fotos en la montaña.
¿Qué nos dirías de la sierra de Guadarrama? ¿Y de otras sierras que frecuentas?
La Sierra de Guadarrama y su entorno, la Sierra de Ayllón y la de Rincón, tienen parajes extraordinarios. Hay lugares concurridos pero muchísimos otros que no lo son, que apenas vas a ver a nadie en toda la ruta. Y están tan cerca de Madrid.
Con un poquito más de tiempo merece la pena ir a Gredos, y por supuesto ya viajando más horas los Picos de Europa y los Pirineos.
Pero todas las sierras tienen su atractivo. Aunque, por supuesto, hay montañas y lugares más espectaculares que otros, puedes encontrar la magia de la montaña en cualquier sierra.
¿Cuál es la mejor alimentación para tus recorridos?
Como supongo que le habrá pasado a mucha gente he ido comiendo diferentes cosas. Comenzando con el típico bocata. Pero desde hace unos años llevo fundamentalmente barritas energéticas, frutos secos y fruta. Para ir comiendo a lo largo de la ruta, en pequeñas paradas, sin hacer la “comida”. Además, son alimentos que permiten recuperar energías con cierta rapidez.

Si tienes que pernoctar ¿Cómo lo haces?
Con la edad uno se vuelve comodón, y, la verdad, si puedo pernoctar en casa o en un hotel lo prefiero. Pero los refugios también tienen cierta magia, cierto espíritu, que de vez en cuando gusta revivir; aunque en España muchos sean bastante “espartanos”.

Háblanos de la ropa y el calzado en la montaña.
En la montaña quizá lo más importante es el calzado: zapatillas o botas con buena suela para ir a la montaña.
En cuanto a la ropa, hay que tener en cuenta que el tiempo de la montaña no es el de la ciudad, puede hacer frío o llover más frecuentemente y con menos preaviso que en la ciudad.
La ropa exterior debe tener membrana que permita no solo protegerte de la lluvia sino evaporar tu sudor. Si no, podrías mojarte por dentro, aunque no te llegara una sola gota de lluvia.

¿Qué equipo sueles llevar?
Depende de la actividad. En general no hace falta un equipo especial, más allá de la ropa, agua y comida y un botiquín. Para la montaña invernal son imprescindibles los crampones y el piolet, y el casco en las canales. Para la escalada, el equipo crece, con arnés, cintás exprés, cuerda, etc.

¿Cómo cambian tus excursiones en las distintas épocas del año?
Las diferentes estaciones determinan las excursiones. En invierno y el comienzo de la primavera tenemos nieve y prefiero las rutas por terreno nevado. En primavera destacan las praderas con flores, arroyos y pequeños saltos de agua procedente del deshielo. Al final de la primavera, con los días más largos, es el momento de hacer las rutas más exigentes. En verano, con el calor, las rutas pueden ser un poco más duras, pero tienen también su atractivo. En otoño los bosques, sobre todo los de robles, abedules, hayas o castaños, son preciosos, y bien merecen una visita.

Danos finalmente un buen consejo para empezar a ir a la montaña

Ir con buen calzado, agua y algo de comida, y comenzar por rutas sencillas y mejor con alguien que las conozca.